viernes, 19 de agosto de 2011

URGENCIAS BANALES EN CANARIAS



No son habituales, pero tampoco es raro que el personal de urgencias de los hospitales canarios se tope con los casos más disparatados en su turno de trabajo. La imprudencia, la creatividad al utilizar determinados aparatos o simplemente no saber valorar qué es una urgencia y qué no, hace que ante problemas de lo más estrambótico los canarios se decidan a ir al hospital a buscar una solución.

Eso es lo que tuvo que pensar la anciana que llevó su gato a las urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC) preocupada porque tenía tos. "Si yo tengo que venir aquí cuando estoy enferma, no entiendo por qué no puede venir mi gato", le respondió al administrativo que le informó de que en el hospital no se atendía a animales y que tendría que acudir a una clínica veterinaria.

Quizás más sorprendente aún fue el caso del señor de mediana edad que solicitó ser visto urgentemente por un médico en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (HUNSC) porque tenía un ataque de calvicie, relata entre risas una de las enfermeras que estaban presentes.

"Le explicamos que la calvicie no era una enfermedad grave y mucho menos urgente, pero él nos respondió que no sabíamos nada y que sí que lo era y que se llamaba alopecia y que se curaba con unas inyecciones", añade.

Más espeluznante fueron otros dos casos que se produjeron en el HUC y que tuvieron a dos jóvenes como protagonistas.

El primero acudió a urgencias solicitando ayuda médica urgente "por un cuadro de acné". Efectivamente el joven acababa de abandonar la adolescencia y tenía la cara llena de espinillas, pero cuando el personal le dijo que lo que tenía que hacer era pedir cita con su médico de cabecera para que este a su vez le derivase a un especialista que lo tratase, este se enfadó y dijo que no le querían ayudar "porque eran unos vagos".

Al parecer el chico tenía una cita importante y no quería ir con la cara llena de granos.

Muchísimo más grave,y bastante doloroso, fue otro caso de acné. Una tarde se presentó en las urgencias un joven con la mitad de la piel de la cara en carne viva. Al parecer el joven, padecía un acné grave caracterizado por tener la cara llena de lesiones pustulosas y al enterarse de que existía la dermoabrasión (una técnica que lija las capas de la piel hasta llegar a las más profundas y sanas), decidió llevar a cabo un remedio casero. Se compró una pomada con cierto grado de anestesia y con papel de lija se raspó media cara.

Cuando llegó a urgencias, además de la cara destrozada, tenía grandísimos dolores y precisó de calmantes durante varios días, aunque consiguió su propósito y el acné y las marcas desaparecieron, aunque solo en la mitad que se lijó.

Un caso parecido fue el de el señor de 50 años que se produjo quemaduras de primer grado en el rostro al tratar de depilarse una barba de tres días utilizando la cera caliente que utilizaba su mujer para las piernas.

Ojo con los higos picos

Comerse un higo pico es más peligroso de lo que parece, sobre todo si se tiene la mala fortuna de que uno de los picos vaya a parar a un ojo, como le ocurrió a un adolescente. Tras horas intentándoselo quitar por todas la manera posibles, la novia de un joven lo intentó ayudar utilizando unas pinzas de depilar y el remedio fue peor que la enfermedad, ya que el especialista de La Candelaria no solo tuvo que retirar el pico, sino además curar un arañazo en la córnea.

Tampoco puede quedar en el tintero el caso de la mujer que llamó a una ambulancia en plena calle y cuando se presentó el dispositivo sanitario, les dijo que su urgencia era que se le había hecho una enorme carrera en las medias. En este caso, la dama tuvo que pagar el coste del servicio.

Pero las urgencias hospitalarias también tienen una importante parte emotiva. Es el caso de los pacientes que acuden con frecuencia porque les gusta sentirse atendidos. Y es que en su mayoría son las personas de más edad y con pequeños problemas médicos las que más van a urgencias.

Los sanitarios cree que muchos lo hacen "con el ánimo de ser protagonistas durante un rato y sentirse cuidados", hasta el punto de que hay quien acude con tanta frecuencia que ya conoce a muchos enfermeros y médicos.

"Cuando llegan charlamos con ellos, les decimos que los vamos a atender lo mejor posible y tratamos de que se sientan bien, y en muchos casos solo con tomarles la temperatura o revisarles la medicación es suficiente", explica una enfermera con 25 años de experiencia profesional.

Y es que urgencias está abierta 24 horas y para quien está solo no deja de ser una oportunidad de ser atendido y escuchado. Sin embargo, hay ocasiones en las que esas llamadas de atención no pueden encontrar respuesta positiva, como la "moda" que hubo hace poco de acudir a urgencias para tomarse la tensión.

"Con una sala llena de pacientes no podemos dedicarnos a ese tipo de cosas", reconoce un enfermero del HUC, antes de admitir que las verdaderas historias disparatadas no se pueden contar, porque la mayor parte de ellas tienen alto contenido sexual que, según dice, "le sacarían los colores a más de uno".