"Desgobierno absoluto" y "colapso" son dos conceptos tristemente asociados a las urgencias, el eslabón más "débil" del sistema sanitario que, junto al reconocimiento de la especialidad que demandan los profesionales, también exige profundas reformas organizativas y una mayor coordinación. Todo un reto en plena crisis económica, ya que solo en Cataluña los recortes han marcado el cierre de los servicios de urgencias de más de cuarenta centros de salud. El secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras, Antonio Cabrera, que la semana pasada organizó una jornada de debate sobre este tema, ha utilizado estas expresiones para definir la situación actual de las urgencias. Para el representante sindical, la saturación sigue siendo uno de los problemas principales: "las listas de espera agobian a los profesionales, que tienen la sensación de estar al 120 por ciento, con más de 300 urgencias diarias".
Cabrera denuncia el incumplimiento de la directiva comunitaria de 48 horas, y destaca la falta de coordinación entre emergencias, atención primaria y las urgencias hospitalarias como "puntos negros", a la vez que reclama "protocolos comunes" que respeten la capacidad de cada comunidad autónoma para organizar su modelo de atención.
Una de las mesas de la jornada, moderada por José Ramón Repullo, jefe de Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional, abrió el debate sobre la urgencia hospitalaria y las emergencias como hospital o red paralela. Repullo destacó la necesidad de buscar un espacio propio en un momento en el que la atención hospitalaria tiende a la expansión y la primaria al ámbito de lo local. Asimismo, subrayó que las urgencias hospitalarias constituyen un "núcleo duro" que acumula las contradicciones del propio sistema sanitario.
Por su parte, Elías Simón, director de la Unidad Clínica de Urgencias del Hospital Punta Europa de Algeciras, recalcó que urgencias hospitalarias y emergencias no son antagónicas, sino parte de una cadena que debe aprovechar las sinergias. En la misma línea, repasó los lastres de las urgencias hospitalarias y abogó por una transformación del modelo que implique a ciudadanos, que deben asumir los límites de la atención, políticos y profesionales. Simón también reclamó un debate sobre el estatus de la atención no programada, además de incentivos a los profesionales y más flexibilidad.
Para finalizar el subdirector general del Samur, Ervigio Corral, explicó el funcionamiento del dispositivo de emergencias y propuso la ampliación de su sistema de evaluación de la calidad a toda la atención sanitaria.
lunes, 19 de diciembre de 2011
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