Con la llegada del verano y las excursiones a la naturaleza, aumenta el
riesgo de sufrir picaduras de insectos. A este peligro se añaden las
posibles infecciones y alergias que puede provocar el contacto con
animales o plantas desconocidas.
Durante el verano se intensifica el riesgo de picaduras de
avispas y abejas, que se encuentran sobre todo en lugares cercanos al
agua y entre las plantas. También se incrementa el riesgo de picaduras
de medusas en el mar, ante las cuales hay que estar atentos a las
indicaciones que se realicen desde los puestos de socorro.
No es lo mismo que te ataquen himenópteros (avispas y abejas)
que celentéreos (pólipos y medusas). Los síntomas son diferentes, ya que
los segundos inoculan toxinas que provocan reacciones endémicas, como
la inflamación o rojez en la zona afectada. En el caso de las avispas y
abejas, su pinchazo puede producir reacciones alérgicas que requieran un
tratamiento de inmunoterapia para ser controladas. Las picaduras de los
himenópteros tienen mayor riesgo, pues si el paciente no conoce su
sensibilidad a este tipo de heridas puede presentar un cuadro clínico en
el que peligre su vida. El síntoma más común entre las personas no
alérgicas es una rojez local intensa de alrededor de diez centímetros,
que puede progresar a urticarias o, en algunos casos, a anafilaxia.
Las personas sensibles a los cuadros clínicos de picaduras de
himenópteros deben llevar consigo siempre su autoinyector de adrenalina,
que puede salvarle la vida, especialmente si se encuentren lejos de un
hospital.
Según la doctora Carmen Segura, de la Unidad de Gestión Clínica
de Alergología del Hospital Virgen Macarena, dependiendo de los síntomas
que presente el paciente afectado por una avispa o abeja, éste recibirá
una atención médica u otra. El tratamiento común ante una picadura
consiste en aplicar hielo en la zona para bajar la hinchazón, así como
quitar el aguijón en el caso de las abejas y sustraer el veneno por
compresión o absorción. Previa consulta médica por si existen posibles
contraindicaciones, es también recomendable suministrar corticoides. En
el caso de las medusas, el tratamiento consiste en lavar la zona con
agua salada y aplicar frío, seguido de compresas de vinagre o amoniaco.
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lunes, 3 de septiembre de 2012
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